I.I. - Página 99
"...
Uno se vuelve aire y raíz, parado en medio de todo horizonte y meando un neneo tangente a todo plano.
Cerrada la bragueta, volví sobre mis pasos. A mi espalda, las cosas parecían haberse chupado el crepúsculo. El Citroën reverberaba rojo, con hipos de calidoscopio. Recortado y obtuso a la ruta y el desvío, jugueteando todavía con el polvillo que había levantado al estacionarse.
..."
Uno se vuelve aire y raíz, parado en medio de todo horizonte y meando un neneo tangente a todo plano.
Cerrada la bragueta, volví sobre mis pasos. A mi espalda, las cosas parecían haberse chupado el crepúsculo. El Citroën reverberaba rojo, con hipos de calidoscopio. Recortado y obtuso a la ruta y el desvío, jugueteando todavía con el polvillo que había levantado al estacionarse.
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